La comunidad docente jubilada en Mendoza enfrenta hoy desafíos económicos y sociales que la han puesto a prueba en los últimos años. Ante la creciente inflación y los recortes a los beneficios de los jubilados, un pequeño pero decidido grupo ha tomado la responsabilidad de sostener una serie de actividades y servicios para sus compañeros más necesitados.

Una de las voces que refleja esta lucha es la de una integrante activa de la Asociación Mutual Educadores Provinciales Jubilados, su presidenta Alicia Contreras, quien explica que «hace muchos años que estamos en este camino, pero la pandemia nos dejó a todos con menos recursos y más dificultades».

Durante la pandemia, muchas de las delegaciones cerraron, y las actividades que antes sostenían el lugar debieron suspenderse. Las complicaciones fueron inevitables: «Tuvimos que vender el espacio que teníamos en San Rafael, y eso nos trajo muchos inconvenientes. A pesar de los esfuerzos, la situación se volvió insostenible», comenta otra de las integrantes.

Sin embargo, en medio de las dificultades, el grupo sigue adelante con la esperanza de reconstruir lo perdido. «Estamos realizando rifas, bingos y talleres. Todo lo que podamos hacer para recaudar fondos, lo intentamos. La cuota de nuestros compañeros es tan baja que apenas cubre lo más básico», cuenta una de las referentes. La cuota de 85 pesos que reciben es insuficiente para cubrir los costos de funcionamiento, pero a pesar de eso, la comunidad se mantiene firme. «Tenemos que hacer un esfuerzo continuo porque los servicios y los impuestos no esperan», añade con un tono de determinación.

Además de las actividades para recaudar fondos, la comunidad de jubilados busca proporcionar un espacio donde los docentes puedan seguir compartiendo experiencias. «Ofrecemos talleres de yoga, Tai-Chi y también de artesanía y folklore. Queremos que todos, docentes o no, puedan participar y enriquecerse», afirma una integrante. Estos encuentros se realizan con el objetivo de fortalecer la conexión social entre los jubilados, quienes muchas veces se sienten olvidados por el sistema. «Nuestro objetivo es que los mayores no se sientan marginados. Buscamos que todos puedan encontrar un lugar donde compartir y seguir aprendiendo», señala otra de las participantes.

A pesar de las adversidades, el esfuerzo colectivo es lo que ha mantenido viva esta red de apoyo. «Nos une la solidaridad, y eso es lo que nos mantiene. Aquí todos colaboramos con lo que podemos: nuestro tiempo, nuestros conocimientos y, sobre todo, nuestra energía», explica una de las mujeres, que ha visto cómo la comunidad creció y se reinventó a lo largo de los años.

El espíritu de resiliencia está presente en cada uno de ellos, que, a pesar de los obstáculos, continúan luchando por mantener su red de apoyo. «A veces siento que todo es muy difícil, pero ver a los demás participando en las actividades me da fuerzas para seguir», concluye una de las voces de este grupo que no deja de soñar con un futuro mejor para todos los que alguna vez dieron su vida a la enseñanza.

Fuente: Elaboración propia a partir de entrevista realizada en el programa Argentinos en el Mundo, en Radio Argentina (Resistencia, Chaco).