En el frío sur de Argentina, en Río Grande, un espacio de apoyo a los trabajadores petroleros se ha convertido en un pilar fundamental en la vida de muchos. Esta organización no solo ofrece asistencia en momentos de necesidad, sino que también promueve un espíritu de cooperación y solidaridad entre sus integrantes, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de quienes se encuentran lejos de sus hogares, trabajando en condiciones difíciles.

A pesar de la lejanía y las temperaturas extremas que caracterizan a Tierra del Fuego, donde las temperaturas no suelen superar los 16° en verano, los trabajadores del norte del país encuentran una comunidad que los acoge. “La población está llena de gente del norte que viene a sacrificarse, a buscar trabajo acá que, gracias a Dios, la isla tiene”, menciona el referente de la Mutual de Trabajadores Petroleros Privados de Tierra del Fuego, Alejandro Sosa. La llegada de trabajadores de otras regiones, que se suman temporada tras temporada, refleja la importancia del apoyo a aquellos que deciden cambiar su vida en busca de un futuro mejor.

Este lugar comenzó su recorrido en 2013, y desde entonces ha crecido de manera significativa. En sus primeros años, se destacaron por brindar una serie de servicios sin costo, asegurando que los trabajadores tuvieran acceso a lo que necesitaran para sobrellevar su labor en condiciones tan extremas. “Nosotros empezamos con una idea solidaria, sin cobrar, y hasta hoy seguimos trabajando con bonos”, explica el trabajador. De esta forma, la organización ha logrado mantener el apoyo de sus miembros, quienes continúan contribuyendo a este esfuerzo común.

En cuanto a los servicios ofrecidos, destacan las oportunidades de compras solidarias, que permiten a los asociados acceder a productos a precios más bajos, y los convenios con hoteles, en especial en destinos turísticos como Ushuaia, donde muchos aprovechan para descansar tras una temporada de trabajo intensa. “Aprovechamos nuestras conexiones para que puedan disfrutar de precios especiales en alojamientos y actividades turísticas”, cuenta. Además, se promueve el turismo hacia lugares poco conocidos, como la ciudad de Tolhuin, famosa por sus lagos cristalinos.

Sin embargo, no todo se trata de trabajo. A lo largo del año, los miembros pueden disfrutar de actividades recreativas como fútbol y vóley, las cuales se han convertido en una forma de fortalecer los lazos entre los trabajadores y sus familias. Este tipo de iniciativas también contribuye a generar un espacio de esparcimiento para aquellos que, debido a las demandas de su trabajo, pasan largas jornadas en condiciones extremas. “Es lindo ver a la familia reunida, disfrutar del deporte y darnos un pequeño descanso”.

Con una mirada hacia el futuro, la organización también se compromete a dar oportunidades a las nuevas generaciones, confiando en que los jóvenes, con su frescura y dinamismo, seguirán llevando adelante esta causa con la misma pasión. “Creo que hay que darle oportunidad a los jóvenes. Nos van a sorprender”, concluye Sosa con optimismo.

Fuente: Elaboración propia a partir de entrevista realizada en el programa Argentinos en el Mundo, en Radio Argentina (Resistencia, Chaco).