En la provincia de Mendoza, un grupo de trabajadores ha logrado transformar sus sueños de acceder a la vivienda propia a través de la cooperación mutua, enfrentando obstáculos y desafíos que se presentaron en el camino. Este colectivo de personas, inicialmente unidos por el deseo de mejorar sus condiciones de vida, comenzó con un proyecto que en sus primeros momentos parecía prometedor pero que, a lo largo de los años, se complicó por distintos factores externos.

El proyecto se inició con una meta clara: conseguir terrenos y fondos para construir viviendas. «Nos juntamos todos los empleados y formamos un grupo con el objetivo de acceder a una vivienda», recordó el presidente de la Asociación Mutual Rayen Curá, Luis Pérez. El primer paso fue la compra de un terreno de cinco hectáreas de tierra no cultivada, un lugar donde iniciarían un proyecto urbanístico que, con esfuerzo y perseverancia, debería haberse concretado en un futuro cercano.

Sin embargo, como suele suceder en estos proyectos, las dificultades no tardaron en llegar. Las obras de urbanización avanzaban a paso lento, y la falta de recursos y organización impidió que el proyecto prosperara como se había planeado. «Las obras se pararon, pero los descuentos continuaban», explicó el dirigente, evidenciando la frustración que se vivió en esos momentos. A pesar de los contratiempos, el grupo no se dio por vencido. La esperanza estaba intacta, y decidieron solicitar la intervención de organismos provinciales para que el proyecto pudiera retomar su curso.

Con la intervención de un organismo competente, el proyecto recibió una nueva oportunidad. «Fuimos la primera en el país en aplicar un interventor propio de los asociados», recordó Pérez. Este interventor fue crucial para normalizar la situación, convocando a una nueva asamblea donde se eligieron las autoridades que se encargarían de seguir adelante con los trabajos. Así, en lugar de desanimarse, los integrantes del grupo decidieron dar un paso al frente, lo que les permitió entregar en un plazo de cinco años las primeras viviendas, 127 en total.

A este logro inicial le siguieron otros, como el segundo barrio, que también comenzó a gestarse con el mismo ímpetu. “Estamos en proceso de construcción de 99 viviendas, y para abril de este año se entregarán”, comentó con orgullo. Además, surgieron otros proyectos paralelos que beneficiaron a quienes no podían acceder a los programas tradicionales de vivienda, permitiendo a los miembros de la comunidad adquirir nuevos lotes o construir sobre terrenos adquiridos de manera independiente.

Pero los logros no se detuvieron allí. En el presente, los esfuerzos continúan, y hoy en día se llevan adelante otros proyectos que incluyen más lotes, los cuales ya están siendo urbanizados. «Es un trabajo arduo y constante, pero estamos logrando los objetivos que nos propusimos», concluyó, destacando la importancia de mantener la fe y la unidad frente a las adversidades.

Fuente: Elaboración propia a partir de entrevista realizada en el programa Argentinos en el Mundo, en Radio Argentina (Resistencia, Chaco).